La entrada de las mujeres al mercado laboral: a cuenta gotas y llena de injusticias
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Contemos la historia de Ana (no es su nombre real), tiene 24 años, síndrome de ovario poliquístico, lo que la lleva a tener cólicos muy fuertes. Ana tiene un trabajo de lunes a viernes de las 9.00 a las 19.00, muchas veces termina más tarde que ese horario. En su equipo de trabajo hay otros 10 hombres y una mujer más. Ana tiene que ir presentable al trabajo con unas medias o pantalones altos que le cortan la circulación cuando está inflamada.
Ahora vamos con la historia de Rebeca (tampoco es su nombre real), tiene 32 años, un bebé recién nacido, un horario laboral igual al de Ana, un esposo con las mismas horas de trabajo. Acaba de regresar de su baja por maternidad, y las juntas en la tarde le quedan muy mal porque tiene que darle de comer a su hijo, o no puede hablar en las reuniones porque el niño está durmiendo. Poco a poco Rebeca deja de tomar las juntas, lo cual se ve como una mala práctica y es despedida a los pocos meses.
Historias como las de Ana y Rebeca se ven reflejadas en los números, que muestran que hay pocos lugares de entrada y muchos de salida para el talento femenino. Un estudio reciente de McKinsey en empresas estadounidenses mostró que el 59% de los egresados de licenciatura son mujeres, pero solo componen el 41% de los egresados que entran a la fuerza laboral. Este hueco por el que están escapando mujeres preparadas es la primera preocupación, ¿cómo están aplicando sus habilidades? ¿por qué deciden no continuar con su desarrollo profesional?
En ese mismo estudio se muestra que solo el 29% de las posiciones de alta dirección es ocupado por mujeres. Entonces las que sí entran al mercado laboral se ven poco representadas en las posiciones de poder, lo que puede llevar a una desmotivación por seguir escalando posiciones dentro de una empresa donde pocas, muy pocas, rompen el techo de cristal.
Para que las mujeres lleguen a los puestos de mayor nivel es importante que desde el inicio de sus carreras se les incentive con asensos. El informe muestra que hay una menor probabilidad para las mujeres de ser manager en el inicio de sus carreras comparado con los hombres, lo que lleva a que ellos estén sobrerrepresentados en los puestos con una oportunidad de crecimiento mayor. Además, a los hombres se les incentiva a aprender sobre herramientas de inteligencia artificial (IA) en mayor medida que las mujeres, 50% contra el 33%, respectivamente. Esta diferencia puede reflejarse en una brecha de conocimientos entre ambos grupos, lo que puede llevar a que no se les den asensos a las mujeres por una falta de conocimiento sobre la IA.